viernes, 12 de enero de 2007

La Princesa y El Guerrero II

...... Mucho tiempo vivieron en el exilio, alejados de todo, solo el uno al otro, cada uno era un pilar para el otro, ya no estarían como una estrella solitaria en el cielo, serian uno, un todo en donde las palabras sobran, en donde una mirada es suficiente para pedir un beso, en donde un pestañar es suficiente para pedir el sol como regalo.

Pero no paso mucho tiempo que la Princesa en una noche callada y sin testigos abandono al Guerrero, dejándolo a su suerte, para regresar al castillo donde solo ella sabia lo que le esperaba.

“Las sombras del pasado nos confunden, detienen nuestro camino, perturban nuestra visión. Somos dueños, pero somos débiles, no las dejamos ir, no han dañado mil veces, pero sabemos que nos dañaran mil veces mas y las dejamos seguir con nosotros.”

El Guerrero al encontrarse solo, se precipito a la búsqueda de su Princesa sin importarle nada, recorriendo el reino entero, preguntando en cada pueblo, temiendo por la suerte de aquella que le robaba el sueño. Hasta que una noche igual al día que cruzaron sus primeras palabras la vio, en un castillo aun más grande que el anterior, con murallas mucho mas altas y un sin fin de guardias, le importo poco al Guerrero y irrumpió como una sombra que lo consume todo. Ahí la vio sentada contemplando el infinito, mucho mas bella que antes, como si los dioses hubieran depositado la luz de las estrellas en ella, el Guerrero se acerco y la miro con la misma mirara de la primera vez, pero la Princesa se encontraba lejos, sin importar los dos pasos de distancia que había entre ellos, ella no estaba ahí, ella había creado una barrera, una de esas que no se ven pero que se sienten tan fuerte que puedes chocar con ella y destruirte en mil pedazos, solo una mirara fría era lo que la Princesa tenia para el Guerrero.

Dudas, miedos y un sin fin de sentimientos que solo ahogan y enloquecen se adueñaron del Guerrero sin entender nada dio media vuelta y se perdió en las sombras. La Princesa sabia que si le decía la verdad el nunca entendería, que ella había peleado batallas en la que su corazón se hizo polvo y nunca pudo recuperarlo y que tal vez nunca lo recupere pero es una batalla que tiene que luchar sola, ese es su pensamiento y su sentir. Por eso por el gran cariño que tiene por el Guerrero lo deja ir, pero solo en cuerpo, porque su cariño y todo lo que siente por el nunca lo abandonaran. El recuerdo del Guerrero, aventuras, penas, alegrías y todo lo vivido juntos están grabados en lo mas profundo de la Princesa y para ella todo lo vivido con el es su mayor tesoro.

El Guerrero con su corazón en pedazos emprendió marcha a la montaña mas alta y solitaria del reino, la que nunca fue conquistada por mortal alguno, con paso firme subió sin tener miedo alguno, sin tener duda alguna, pasando por penurias y hambre, pero nunca alguna queja salio de su boca, sin importar nada llego a la cima, contemplo todo el reino, miro el cielo, casi podía tocar las estrellas, volvió la vista hacia el reino, se sentó y un pesar callo sobre el, uno con el cual no podía combatir, uno con el cual no hay arma en este mundo para destruirlo, lloro sin consuelo, después de que la ultima lagrima caía por su mejilla, medito tan profundo que el mismo tiempo se detuvo, busco su error, busco su mal, busco el mal en los demás o en ella, no encontró nada, pensó en la soledad, pensó en sus antiguos pasos, en el camino que tenia antes, que tenia con ella y en el que tendrá, vio múltiples soluciones fáciles y difíciles, vio sus sentimientos hacia ella. Abrió los ojos, se levanto orgulloso mirando al reino desde las alturas, no tubo mas miedo ni duda, descendió un camino no menos peligroso y no menos tortuoso y comenzó su camino hacia el castillo de grandes murallas

Una noche de luna llena, pero un cúmulo de nubes no dejaban ver tan hermosa vista, como si la luna rehuyera a ser vista, a compartir su luz. Ahí estaba la Princesa en su balcón confundida, sin entender, acongojada, sumida en su sombra, cuando sus pensamientos fueron donde el Guerrero, buscándolo en el cielo cubierto de nubes maliciosas.

En esos instantes las nubes dan paso a la luna y una sombra aparece debajo del balcón, a ella se le escapa una sonrisa tierna y llena de cariño, pero duro lo que dura en extinguirse la vida de una flor en invierno, pero para el no fue imperceptible y su corazón se lleno de alegría, así estuvieron largo tiempo contemplándose, dos orgullosos, tratando ver el ser del otro, de leer el pensamiento del otro, de buscar el porque de las cosas.

El Guerrero rompe el silencio desenvainado con su mano izquierda una daga hermosa y con un filo sin igual, mostrando tal arma a la Princesa, toma con su mano derecha la hoja de la daga y se aplica un corte certero, envaina su daga, eleva su puño, la sangre brota de el, y sin duda alguna el Guerrero mira a los ojos a la Princesa y eleva su voz;

“Si e de luchar contra mil ejércitos para demostrarte lo que este tonto corazón siente por ti, no tengas duda lo haré, si e de dar mi vida para demostrarte lo que este tonto corazón siente por ti, no tengas duda lo haré, si e de estar aquí sentado hasta el fin de los tiempos esperándote para demostrarte lo que este tonto corazón siente por ti, no tengas dudas lo haré, porque esta es mi decisión Mi camino es el que recorro contigo, Lo juro por mi sangre y por mi corazón”

La Princesa mira fijamente al Guerrero en busca de duda, en busca de miedo, pero solo encuentra a un tonto que la quiere como nadie en esta vida, mira el cielo y ve que el cielo se despeja, la luna brilla con mas intensidad, vuelve la vista al Guerrero que permanece firme sin titubear, busca las palabras en su interior y de sus labios con una voz de ternura;

“Guerrero has de seguir luchando, ese es nuestro camino”

El Guerrero le regala una sonrisa, la Princesa corresponde la sonrisa, el da media vuelta y se pierde en la sombras, ella sigue ahí inmutable contemplando el cosmos.

“Desde ese instante el Guerrero a luchado contra el mundo y le a demostrado no solo con palabras sino con hechos todo lo que su ser siente por la Princesa.

Quien sabe tal ves la Princesa nunca termine su batalla y su búsqueda, pero lo que ella nunca supo es que el Guerrero le devolvió lo que ella una ves perdió y aun sigue buscando, porque no se a dado cuenta que ya recupero su corazón. El Guerrero siempre luchara por lo que el cree que es importante, aun si se le va la vida en ello, esa es su forma de vida, tal ves salga lastimado o muera en ello. Solo el tiempo lo dirá.”



FIN


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Nosotros somo nuestros peores enemigos... Vencerse a si mismo es la mayor victoria.

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