...... Mucho tiempo vivieron en el exilio, alejados de todo, solo el uno al otro, cada uno era un pilar para el otro, ya no estarían como una estrella solitaria en el cielo, serian uno, un todo en donde las palabras sobran, en donde una mirada es suficiente para pedir un beso, en donde un pestañar es suficiente para pedir el sol como regalo.
“Las sombras del pasado nos confunden, detienen nuestro camino, perturban nuestra visión. Somos dueños, pero somos débiles, no las dejamos ir, no han dañado mil veces, pero sabemos que nos dañaran mil veces mas y las dejamos seguir con nosotros.”
El Guerrero al encontrarse solo, se precipito a la búsqueda de su Princesa sin importarle nada, recorriendo el reino entero, preguntando en cada pueblo, temiendo por la suerte de aquella que le robaba el sueño. Hasta que una noche igual al día que cruzaron sus primeras palabras la vio, en un castillo aun más grande que el anterior, con murallas mucho mas altas y un sin fin de guardias, le importo poco al Guerrero y irrumpió como una sombra que lo consume todo. Ahí la vio sentada contemplando el infinito, mucho mas bella que antes, como si los dioses hubieran depositado la luz de las estrellas en ella, el Guerrero se acerco y la miro con la misma mirara de la primera vez, pero
Dudas, miedos y un sin fin de sentimientos que solo ahogan y enloquecen se adueñaron del Guerrero sin entender nada dio media vuelta y se perdió en las sombras.
El Guerrero con su corazón en pedazos emprendió marcha a la montaña mas alta y solitaria del reino, la que nunca fue conquistada por mortal alguno, con paso firme subió sin tener miedo alguno, sin tener duda alguna, pasando por penurias y hambre, pero nunca alguna queja salio de su boca, sin importar nada llego a la cima, contemplo todo el reino, miro el cielo, casi podía tocar las estrellas, volvió la vista hacia el reino, se sentó y un pesar callo sobre el, uno con el cual no podía combatir, uno con el cual no hay arma en este mundo para destruirlo, lloro sin consuelo, después de que la ultima lagrima caía por su mejilla, medito tan profundo que el mismo tiempo se detuvo, busco su error, busco su mal, busco el mal en los demás o en ella, no encontró nada, pensó en la soledad, pensó en sus antiguos pasos, en el camino que tenia antes, que tenia con ella y en el que tendrá, vio múltiples soluciones fáciles y difíciles, vio sus sentimientos hacia ella. Abrió los ojos, se levanto orgulloso mirando al reino desde las alturas, no tubo mas miedo ni duda, descendió un camino no menos peligroso y no menos tortuoso y comenzó su camino hacia el castillo de grandes murallas
Una noche de luna llena, pero un cúmulo de nubes no dejaban ver tan hermosa vista, como si la luna rehuyera a ser vista, a compartir su luz. Ahí estaba
En esos instantes las nubes dan paso a la luna y una sombra aparece debajo del balcón, a ella se le escapa una sonrisa tierna y llena de cariño, pero duro lo que dura en extinguirse la vida de una flor en invierno, pero para el no fue imperceptible y su corazón se lleno de alegría, así estuvieron largo tiempo contemplándose, dos orgullosos, tratando ver el ser del otro, de leer el pensamiento del otro, de buscar el porque de las cosas.
El Guerrero rompe el silencio desenvainado con su mano izquierda una daga hermosa y con un filo sin igual, mostrando tal arma a
“Si e de luchar contra mil ejércitos para demostrarte lo que este tonto corazón siente por ti, no tengas duda lo haré, si e de dar mi vida para demostrarte lo que este tonto corazón siente por ti, no tengas duda lo haré, si e de estar aquí sentado hasta el fin de los tiempos esperándote para demostrarte lo que este tonto corazón siente por ti, no tengas dudas lo haré, porque esta es mi decisión Mi camino es el que recorro contigo, Lo juro por mi sangre y por mi corazón”
“Guerrero has de seguir luchando, ese es nuestro camino”
El Guerrero le regala una sonrisa,
“Desde ese instante el Guerrero a luchado contra el mundo y le a demostrado no solo con palabras sino con hechos todo lo que su ser siente por
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